Con las nuevas tecnologías, en Japón los teléfonos públicos quedaron obsoletos desde la llegada del teléfono móvil, aparato que poco a poco ha ido reemplazando a los ubicados dentro de cabinas publicas en la calle.
Tenían que hacer algo con tantos equipos en cada esquina, y para ello tuvieron la genial idea de convertir estos aparatos antiguos en pequeñas peceras públicas para el deleite de los transeúntes.
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